La paradoja en Empresas Públicas de Medellín
Paradójicamente, mientras el Gerente General de las Empresa Públicas de Medellín, Juan Esteban Calle, en sus alocuciones internas para los trabajadores y las intervenciones televisivas, sale a hablar de los negocios internacionales y del futuro prometedor de las Empresa Públicas de Medellín, los trabajadores en esta entidad sienten otra cosa muy diferente.
El clima laboral se ha desdibujado, pues en realidad no hay ninguna dependencia, ni directivo responsable que se apropie de ella, desde el día 11 de marzo de 2014, se le envió una carta al señor Gerente General, con las inquietudes, quejas y reclamos presentados por los trabajadores en la mesa de trabajo, desde el día 25 de agosto del año anterior, hasta el día 9 de marzo de 2015, donde se ve claramente que la misma no había solucionado de fondo ninguno de los puntos allí planteados, pero éste recibió dicha misiva por parte de nuestro Sindicato y no se dignó ni siquiera a hacer referencia o alusión a la misma.
Su actitud fue enviar dicha carta a los mismos que en su oportunidad no hicieron nada. Además, respondieron con una serie de inconsistencias sobre asuntos que nada tenían que ver con lo solicitado; mientras la Empresa muestra una cara amable y humana ante la comunidad, al interior sus trabajadores son menospreciados por la actual administración de las Empresas Públicas de Medellín, en las regiones de atención al cliente no tienen ni siquiera el tiempo legal para almorzar y la mayoría de las veces sus jornadas de trabajo se extienden hasta altas horas de la noche y no le son reconocidas, pero algunos mandos medios, muchos de los responsables de los despidos que aún continúan al interior de la Empresa, crecen y muestran productividad a costa de los sacrificios de sus trabajadores, como es el caso de Rubén Darío Álvarez y Carlos Grisales.
De igual forma, a los trabajadores del área de Energía y Acueducto, se les cambia su jornada de trabajo de manera impositiva, violando la Convención Colectiva de Trabajo, atosigando y confundiendo al trabajador, tratando de engañarlo diciendo que va a tener más tiempo para compartir con su familia, cuando a la final lo que se busca es mayor productividad en campo, con menos personal y menos recursos; la cara de EPM, para con sus trabajadores no es amable, cambió por completo la calidad humana, dedicándose a despedir mujeres cabezas de familia, solo les interesa la productividad, avasallando a sus trabajadores, se le da privilegio a las Empresas Contratistas para el trabajo de horas extras, el parque automotor en muchos de las dependencias esta subutilizado y abandonado, lo que puede configurarse en un posible detrimento patrimonial, pues deja entrever una presunta corrupción y un interés particular en la contratación con Contratistas, los trabajadores en las oficinas y despachos tienen que multiplicarse y hacer el trabajo de otros, que ya no están, o que simplemente sus vacantes no han sido ocupadas, a pesar de haber 956 puestos por proveer a la fecha los mismos están parados o simplemente el proceso de selección no se tiene en cuenta, es amañado y a dedo caso que se presenta entre otras, en la Termo Sierra, el clientelismos, las intrigas y politiquería se pavonean por las EPM, ni que hablar del departamento médico, un departamento sin alma, dirigido por Ana Eugenia Velásquez , que poco o nada le interesa la salud de los trabajadores y sus familias, ya que, en un lapso de menos de diez años, han colocado toda clase de talanqueras y cambios que en nada benefician a sus afiliados y que va en contravía del espíritu inicial para el cual fue creado, para que los trabajadores y beneficiarios tuviesen una atención mejor que en otras entidades de salud, donde la calidad, servicio y oportunidad fuera para todos, también se convirtió en un posible negocio, pues paradójicamente se envía a los trabajadores y beneficiaros a entidades, ópticas y servicios del amaño de esa administración, lo que crea un manto de duda, bajo el ropaje de la legalidad, ya que en muchas de las ocasiones estas posibles componendas, a los trabajadores les sale mucho más costosas, haciendo más gravosa su situación, está entre muchas más cosas suceden al interior de las famosas Empresas Públicas de Medellín, esta es la verdadera cara de una Empresa sin alma, esta es la verdad de su actual administración, esta es la verdadera paradoja de las Empresas Públicas de Medellín.
Lo que queda por hacer entonces es levantarnos, defender nuestra Empresa como patrimonio de los antioqueños y colombianos, la estabilidad de sus trabajadores, la defensa de los derechos convencionales y legales.
No estamos de acuerdo con las decisiones acomodadas e inquisidoras de la actual administración de las Empresas Públicas de Medellín.
EPM, es un patrimonio público y sus verdaderos dueños son los antiqueños Y colombianos, no los politiqueros de turno que quieren privatizarla.