COMUNICADO COMISIÓN NEGOCIADORA SINTRAEMSDES

La sostenibilidad, el futuro y el bienestar de los trabajadores deben ser el norte que guíe a todos los funcionarios de la empresa, criterios que compartimos en la mesa de negociación entre EPM y SINTRAEMSDES. Sin embargo, en una negociación colectiva se ponen en juego los intereses de cada una de las partes en conflicto, que no son exclusivamente económicos. La sostenibilidad, el futuro y el bienestar no pueden seguir siendo vistos bajo la óptica del interés privado o comercial, ni de unos cuantos expertos ligados a estos intereses.

La libertad de empresa, que nuestros administradores han mencionado reiteradamente en escenarios públicos, no es otra cosa que la intención futura de privatización que los guía y que se gestiona de manera paulatina al interior de la empresa, orientada desde la junta directiva. Es en ese escenario en el que los trabajadores queremos estar, de tal manera que podamos contribuir a la sostenibilidad y al progreso de la empresa desde una perspectiva social, asegurando que este patrimonio público esté al servicio de sus verdaderos dueños: la ciudadanía. No puede seguirse privilegiando intereses particulares, como se viene haciendo, ni materializarse aún más esta tendencia en la actual reestructuración.

Los argumentos planteados por la administración en la mesa de negociación para negar esta petición, en la que los trabajadores queremos contribuir, carecen de fundamento y se desmoronan por sí mismos. No hay razón válida para seguir negándolos, pues desmontar sus criterios ha dejado en evidencia su falta de solidez. En consecuencia, solo se requiere la voluntad política de esta administración, a menos que la verdadera intención sea la libertad de empresa como paso previo a una futura privatización.

El gobierno corporativo que rige en la empresa exige que los negociadores, independientemente de su profesionalismo —que no ponemos en duda—, tomen decisiones que inevitablemente favorecen a una de las partes. No es sano que EPM haya designado como negociadores del pliego de peticiones presentado por SINTRAEMSDES a profesionales que, por extensión, son beneficiarios e incluso algunos afiliados al sindicato SINPRO. Aunque la ley lo permita, esta designación no garantiza imparcialidad.

La propuesta presentada el pasado viernes no reconoce la pérdida del poder adquisitivo que ha afectado a los trabajadores. Solo en enero, las alzas ya superaron el incremento del 9,54 % del salario mínimo, por lo que esta oferta no es justa. En la práctica, implica que la crisis la asuman los trabajadores mediante su salario, lo que representa un retroceso en la calidad de vida de nuestra población trabajadora. Además, es una simple copia del acuerdo alcanzado con otra organización, sin que pueda imponerse bajo el criterio de igualdad, pues no somos iguales ni compartimos los intereses de aval a la  administración.

Oferta presentada:

Vigencia: 4 años, Salario: IPC +2 % (2026), IPC +2 % (2027), IPC ×2 % (2028) o el promedio cuando este sea igual o superior a 4 puntos entre el IPC +2 y el SMLV de cada año siguiente.

Adicionalmente, se pronunció sobre aspectos como cursos de instrucción, ayudas escolares, fondo de vivienda, incremento de primas, auxilios, beneficios económicos y auxilios para salud (maternidad, aborto, matrimonio, defunción, subsidio familiar, subsidio de transporte, cafetería, almacén general, retroactividad de puntos económicos, prima por firma, compensación por atención al cliente, brigada de seguridad, aportes y cooperación al sindicato). Sin embargo, aunque estos puntos son importantes, la propuesta sigue sin abordar lo esencial y tiene un enfoque discriminatorio.

¿Qué garantías tiene SINTRAEMSDES para el ejercicio pleno del derecho de asociación y negociación sindical? ¿Es realmente la organización de los profesionales la que representa a los trabajadores o actúa como vocera de las posiciones institucionales de EPM?

Cuando la administración expresa su disposición y voluntad de negociar, este compromiso debe ser real. No se refleja en la propuesta presentada, que pretende replicar las condiciones negociadas con un tercero ajeno a esta mesa. Esto contradice su discurso público, desvirtúa su voluntad de negociación y se asemeja más a una imposición. La igualdad solo es válida entre iguales, no entre desiguales.

Nuestra negociación no se detiene por un foro nacional ni por los aportes a la organización —que consideramos necesarios, pero no determinantes—. Está estancada por la mezquina intención de imponernos lo que ya se negoció con otra organización, lo que beneficia a quienes están en la mesa en calidad de afiliados o beneficiarios por extensión de esa misma organización, que ni siquiera participa en esta negociación.

¡Movilicémonos para exigir un acuerdo justo! Este es el momento de que todas las bases trabajadoras levanten su voz y presionen legítimamente a la administración para que modifique su posición y acepte un acuerdo que realmente represente justicia y equidad. Solo con la unidad y la movilización podremos impedir que se impongan condiciones desfavorables para los trabajadores y garantizar que esta negociación colectiva responda a nuestras necesidades y derechos.

¡No permitamos que nos impongan acuerdos ajenos a nuestra realidad! ¡Defendamos juntos nuestros derechos y el futuro de EPM como empresa pública.

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